La Coordinadora Higienista fue constituida y registrada en Octubre de 1996 como «Asociación Cultural sin Ánimo de Lucro», denominada Asociación de la Higiene Vital.
Fue la asociación conformada por los médicos higienistas que existían en ese momento en España. Los fundadores fueron:
Dr. Karmelo Bizkarra
Dra. Almudena Moreno Navarrete.
Dr. Antonio Palomar
Dr. Eneko Landaburu
Dra. Graciela Cao ✞
Dr. Juan José Núñez Gallego
La Coordinadora pretendía informar a los ciudadanos de la Ciencia de la Salud por métodos naturales conocida como Higiene Vital o Higiene Natural.
El objetivo de la coordinadora, fue acercar a las personas ideas que le ayuden a conseguir un mayor bienestar físico, mental y social sin conformarse con suprimir los síntomas de las enfermedades mediante fármacos, sin antes probar un cambio en la forma de alimentarnos, de respirar, de descansar o de relacionarnos con nosotros mismos y con los demás. Los fármacos no siempre curan nuestros desequilibrios.
Atendemos la representación del sector profesional de la Higiene Vital o Higienismo: asesores, médicos y profesionales que dirigen las llamadas «casas de reposo», donde se realizan diversas actividades de seguimiento y asesoramiento de protocolos higienistas.
Llevamos a cabo una educación para la salud, facilitando la distribución de libros y traducciones higienistas. Creamos la revista «Curarse en Salud» con el fin de educar hacia una mayor autogestión de la salud.
Hemos organizado charlas, cursos, talleres, ferias alternativas y actividades inherentes de las casas de reposo. Creemos que la salud es algo que se consigue a través de una forma de vida más saludable y que no se puede comprar en ningún lugar. La enfermedad es un efecto de nuestra forma de vivir individual y colectiva y si queremos estar más sanos, debemos vivir de forma más saludable.
Higeia de donde surge la palabra «higiene» era la diosa griega de la salud, como arte de vivir. Asclepio era el dios griego del tratamiento médico; hoy predomina Asclepio y nos olvidamos de Higeia.
La Coordinadora Higienista, intenta potenciar todo aquello que favorezca la prevención de la enfermedad de la enfermedad a través del arte de vivir sanamente. Es llevar la línea de la higiene vital en el más amplio sentido de la palabra: física, emocional, psicológica y social.
En numerosas ocasiones, mientras una persona enferma siga viviendo de la misma manera que le llevó a la enfermedad, esta continuará mientras no tratemos las raíces de la misma. En ocasiones un tratamiento médico farmacológico suprime los síntomas; pero no llega a la raíz de la enfermedad. A veces esos síntomas que son reprimidos surgen de manera diferente en otro órgano, sin darnos cuenta que es la misma enfermedad y que lo único que cambia es la forma de expresarse o salir a la luz.
El higienista se preocupa de conocer la forma de vida de cada persona, ayudando a través de los consejos que puede poner en práctica dicha persona. Se preocupa en cómo conseguir la salud a través de los factores que la favorecen: nutrición, estado psicosomático adulto, psicología infantil, psicología del niño antes de nacer, …
Para el higienista lo que previene la enfermedad es lo mismo que lo que la cura; la atención a la persona enferma debe ser más humana. La persona enferma puede y debe decidir sola o con la ayuda del especialista el camino a seguir hacia su recuperación. El especialista puede aconsejar, pero no siempre debe decidir por el enfermo.
Cada vez hay más médicos que cuestionan la forma mecanicista de ver la enfermedad. A veces tratar o maltratar la enfermedad no es curar. La curación depende de la manera en la que la persona que tiene síntomas molestos viva una vida más consciente. El Higienismo es una ciencia para aprender a vivir.
Actualmente todos los médicos higienistas atienden sus consultas e igualmente dirigen las llamadas «Casas de Reposo» o «Escuelas de Salud», donde las personas acuden para realizar dietas depurativas, semi ayunos o ayunos intermitentes.
El Higienismo en el presente enseña que el cuerpo dispone del gran poder de autorregulación como parte del gran poder curativo de la Naturaleza que nos rodea. La cual vive aún a pesar de las devastadoras acciones del ser humano sobre ella.
Deberíamos aprovechar siempre el poder de autocuración del cuerpo cuando le damos los factores de salud como la tierra, agua, aire, sol, descanso, equilibrio emocional e intención de vida.
